Una vez aprobada la reforma en materia de trabajo en México, lo siguiente es avanzar en la construcción de una ciudadanía laboral. Y para lograrlo se necesita que “las personas trabajadoras se hagan cargo de sus derechos” y que la democracia sindical no quede en la elección de la dirigencia, sino en la participación activa gremial, plantea el académico Pablo Franco Hernández.
De acuerdo con la investigación La libertad y la democracia: Principio y corazón de los sindicatos, presentada este martes por el especialista, la ciudadanía laboral también significa pasar de la relación de subordinación a una de igualdad entre personas trabajadoras y empleadoras. El reporte forma parte de la campaña “Más reformas, mejor trabajo”, emprendida por la Red de Mujeres Sindicalistas.